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Christiania, un descontrol en la estructurada Copenhague (Dinamarca) 🇩🇰

Escuché viajando en Christiania (Copenhague, Dinamarca).

Desde lejos, uno imagina que Dinamarca es un país súper estructurado, donde todo funciona perfecto, pero a la vez, con una frialdad y un nivel de organización y planificación extremo que puede parecer, por lo menos al principio, un poco chocante para los que venimos de Latinoamérica, con culturas más cálidas, «relajadas» y, en consecuencia, menos organizadas.
Amigo, amiga, esto no es sólo lo que uno se imagina, es la realidad.

De la misma forma, a los daneses les cuesta salir de esa cajita perfecta y abrirse un poco a lo imprevisto, a lo improvisado, al dejar que las cosas fluyan y disfrutar el momento. No por eso los consideraríamos amargados, nada que ver (incluso hay quienes dicen que es de las sociedades más felices del mundo), pero sí es cierto que, al igual que su clima, sus relaciones interpersonales, pueden parecernos un poco frías.

Pero en la capital del país, Copenhague, hay un barrio que rompe con el molde y para muchos es un oasis de libertad y relajo, dentro de tanta estructura. Estamos hablando de Christiania.

La ciudad libre de Christiania es un barrio parcialmente autogobernado de unos 1000 residentes, que cubre un área de 34 hectáreas en el barrio de Christianshavn (puerto de Christian), en el centro de Copenhague. Y se llama ciudad, ya que se estableció como un estatus semilegal de comunidad de vecinos que se autoproclaman independientes del estado danés.

Antiguamente, la zona era un predio militar abandonado que, en 1971, comenzó a ser tomado por familias que aún viven allí. Ellas fueron las que comenzaron a darle forma a esta comunidad que logró obtener el permiso del estado para establecerse allí y formar la miniciudad que hoy conocemos.

Un barrio alternativo por excelencia que genera un choque cultural tremendo con el resto de la ciudad. Copenhague es una ciudad muy bella, pero es cierto que le falta un poco de color y a Christiania eso le sobra. Todas sus calles están llenas de grafittis, música y un espíritu libre y relajado. Los daneses allí interactuan de otra forma con sus pares y dejan un poco de lado esa frialdad.

Pero por otro lado, hay que aceptar una realidad y contar por qué es el barrio favorito de muchos turistas y locales. Más allá de esa buena energía, muchos están fascinados con ese barrio por lo fácil que podés acceder allí a drogas blandas como la marihuana y el hachís.

Entre medio de locales de comida, espectáculos artísticos, ferias americanas, un skate park, talleres, etc, podés encontrar puestos al aire libre que venden todo tipo de variedades de estas drogas…y muchas otras que no están tan a la vista. Esa es la razón por la que dentro de Christiania no se puede filmar y/o sacar fotos y por la que muchos otros odian el barrio.

Si nos preguntan nuestra opinión, sí es cierto que es un lugar totalmente diferente al resto de la ciudad, pero tiene un estilo y una vibra (con lo malo y lo bueno) que no desentona con muchos barrios del conurbano bonaerense de donde somos nosotros. Sin dudas, no fue nuestro lugar favorito de la ciudad, pero sí es un lugar recomendable para visitar y conocer la otra cara de una ciudad que sorprende por muchos motivos.

Una parte hermosa de Christiania es el lago, donde tuvimos la oportunidad de hablar con un amigo griego y un escocés que nos contaron cómo es para ellos ese lugar, además de cómo es vivir, trabajar y estudiar en Dinamarca para un extranjero. Podés ver esta charla en el siguiente video:

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